1. Introducción
Las alergias alimentarias aparecen cuando el sistema inmunitario confunde una proteína inocua de un alimento con una amenaza y lanza un ataque, provocando síntomas que van desde molestias leves hasta reacciones potencialmente mortales. En los bebés, cuyo sistema inmune aún está madurando, estas alergias pueden surgir de forma repentina durante la ventana crítica de introducción de sólidos. Detectarlas pronto es fundamental: no solo por la seguridad inmediata, sino también para evitar carencias nutricionales, reducir la ansiedad parental y ganar confianza en la rutina de alimentación. La mayoría de las reacciones en bebés son leves (un sarpullido pasajero o molestias estomacales), pero saber reconocer las señales permite actuar rápido y consultar al especialista. Con información y conciencia, las familias pueden pasar esta etapa con tranquilidad y convertir la preocupación en pasos manejables.
2. ¿Qué es una alergia alimentaria?
Cómo funcionan las alergias alimentarias
Una alergia alimentaria real implica que el sistema inmune libera sustancias como la histamina ante proteínas específicas de un alimento. Puede desencadenarse incluso con cantidades mínimas, lo que la diferencia de las intolerancias (problemas digestivos sin participación inmune, como la intolerancia a la lactosa) o las sensibilidades (reacciones más leves y no inmunológicas). Por ejemplo, un bebé con intolerancia puede tolerar pequeñas cantidades sin problema, pero con alergia verdadera los síntomas aparecen aunque sea una migaja.
Alérgenos más comunes en bebés
Los principales responsables en la infancia, conocidos como los “Big 9”, son:
- Leche de vaca: afecta al 2-3 % de los bebés, normalmente a través de fórmula o lácteos en la leche materna.
- Huevos: sobre todo las proteínas de la clara.
- Cacahuetes: muy alergénicos incluso en crema.
- Frutos secos de cáscara: almendras, nueces, anacardos…
- Soja: frecuente en fórmulas y procesados.
- Trigo: relacionado con el gluten pero distinto de la celiaquía.
- Pescado y marisco: más habitual después del año, pero posible antes.
- Sésamo: cada vez más reconocido como alérgeno mayor.
Estos pueden provocar reacción con cantidades mínimas, por eso la introducción debe ser muy cuidadosa.
3. ¿Cuándo suelen aparecer las alergias alimentarias?
Edad de inicio
Lo habitual es entre los 4 y 6 meses, cuando se empiezan los sólidos (según las guías de la Academia Americana de Pediatría, AAP). Sin embargo, los bebés con fórmula pueden mostrar signos antes con la proteína de leche de vaca o soja; los alimentados al pecho pueden reaccionar a alérgenos que pasan a la leche materna (lácteos o huevo consumidos por la madre).
Factores de riesgo
Los bebés con antecedentes familiares de enfermedades atópicas (eccema, asma, rinitis alérgica o alergias alimentarias) tienen más probabilidades; la genética juega un papel clave. Tener eccema moderado-grave duplica el riesgo. También influye el momento de exposición: estudios recientes como el ensayo LEAP demuestran que introducir cacahuete temprano (4-6 meses) en bebés de alto riesgo y bajo supervisión médica puede prevenir la alergia, rompiendo con el viejo consejo de retrasarlo.
4. Señales tempranas de alergia alimentaria
Reacciones inmediatas (de minutos a 2 horas)
Son las mediadas por IgE y las más evidentes:
- Enrojecimiento o irritación alrededor de la boca al contacto.
- Urticaria (ronchas elevadas y con picor) o sarpullido generalizado.
- Hinchazón de labios, cara, lengua o párpados.
- Vómitos justo después de comer.
- Sudden, intense fussiness or crying.
- Diarrea repentina.
Los padres suelen notarlas durante o inmediatamente después de la toma.
Reacciones retardadas (horas o días)
No mediadas por IgE o mixtas:
- Empeoramiento del eccema con placas secas y con picor.
- Sangre o moco en las heces (frecuente en intolerancia a proteína de leche de vaca).
- Vómitos persistentes, reflujo o cólicos intensos.
- Diarrea crónica o estreñimiento.
- Poco aumento de peso a pesar de comer bien.
- Gases excesivos, hinchazón o dolor abdominal.
Son más sutiles y requieren observar durante varios días.
5. Reacciones graves: signos de anafilaxia
Síntomas a vigilar
La anafilaxia es una emergencia multiorgánica que ocurre en 1 de cada 50 reacciones alérgicas infantiles:
- Dificultad para respirar, pitidos o tos repetitiva.
- Hinchazón de garganta o lengua, voz ronca o babeo.
- Piel pálida, flojera o pérdida de consciencia.
- Vómitos o diarrea intensos.
- Urticaria que cubre gran parte del cuerpo.
Puede empeorar en minutos y requiere actuación inmediata.
Qué hacer de inmediato
Llama al 112 o emergencias sin perder un segundo.
Si tiene prescrito un autoinyector de adrenalina (tipo Anapen o Jext bebé), úsalo en la parte externa del muslo.
Coloca al bebé boca arriba con las piernas elevadas si respira mal, o incorpóralo si está vomitando.
No des nada por boca. Aunque mejore tras la adrenalina, acude al hospital para vigilar posibles reacciones bifásicas.
6. Cómo saber si tu bebé está teniendo una reacción
Observa patrones
Fíjate si los síntomas coinciden siempre con un alimento concreto: ¿aparecen 30 minutos después del cacahuete pero nunca con el arroz? La repetición es una señal clara.
Lleva un diario de alimentos y síntomas
Anota con detalle:
- Alimento exacto y cantidad (“1 cucharadita de huevo cocido a las 10 h”).
- Hora de inicio de los síntomas.
- Descripción y gravedad (“ronchas en mejillas, desaparecieron en 1 hora”).
- Duración y resolución.
Este diario es oro para el pediatra o alergólogo.
Diferenciar comportamientos normales del bebé de una alergia
Los recién nacidos regurgitan a menudo (cantidades pequeñas y sin esfuerzo); los vómitos alérgicos son en chorro. La irritabilidad por gases o dientes es intermitente, no está ligada a un alimento. Las dermatitis del pañal por humedad son distintas de la urticaria (elevada, con picor y que se mueve).
7. Cómo introducir los alérgenos de forma segura
El enfoque recomendado
Sigue las guías AAP: empieza sólidos a los 4-6 meses cuando muestre señales de preparación (se mantiene sentado con apoyo, pierde el reflejo de extrusión). Introduce un alimento nuevo cada 3-5 días, comenzando con cantidades mínimas (¼ cucharadita). Hazlo por la mañana o mediodía para poder vigilar despierto.
Cómo introducir los principales alérgenos
- Cacahuete: diluye crema de cacahuete natural con leche materna o fórmula hasta textura muy ligera; empieza con ⅛ cucharadita. También existen snacks de cacahuete diseñados para bebés.
- Huevo: bien cocido (duro o revuelto) para desactivar proteínas; machaca una porción pequeña.
- Lácteos: empieza con yogur natural o productos horneados con leche, nunca leche de vaca sola antes del año.
- Frutos secos: molidos en polvo o crema diluida; evita enteros por riesgo de atragantamiento.
En bebés de alto riesgo, consulta al alergólogo para introducción supervisada.
Cuándo retrasar la introducción
Si tiene eccema grave, reacción previa o hermano con alergia severa. Siempre habla antes con el pediatra; a veces se hacen pruebas cutáneas previas.
8. Qué hacer si sospechas alergia alimentaria
Retira inmediatamente el alimento sospechoso
Elimínalo por completo, incluidas fuentes ocultas (suero en procesados, etc.).
Contacta con el pediatra
Comparte el diario. Puede recomendar pruebas de eliminación o derivarte al alergólogo.
Derivación al alergólogo
Realizan prick-test (pequeña roncha indica sensibilización) o análisis de IgE en sangre. La prueba definitiva es la provocación oral controlada en consulta con equipo de emergencias preparado.
9. Manejo de alergias alimentarias confirmadas
Ajustes en el día a día
Lee etiquetas buscando “contiene” y alérgenos ocultos. Evita contaminación cruzada con utensilios separados y limpieza exhaustiva. Guarda los alérgenos fuera del alcance o bajo llave.
Coordinación con cuidadores
Entrega un plan de acción por escrito (plantillas en la web de AEPNAA o FARE). Forma a todos en el uso de adrenalina con autoinyectores de entrenamiento.
Preparación para emergencias
Ten siempre dos autoinyectores y vigila fechas de caducidad. Aprende a reconocer síntomas tempranos y cuándo usar antihistamínico (solo en reacciones leves y bajo indicación médica).
10. ¿Pueden los bebés superar las alergias alimentarias?
Aquellas que suelen superarse
Un 80-90 % supera leche, huevo, soja y trigo antes de la edad escolar, muchas veces entre los 3-5 años.
Aquellas que suelen persistir
Cacahuete (solo 20 % supera), frutos secos (10 %) y marisco suelen ser de por vida.
Controles y reintroducción
Analíticas o prick-test anuales miden niveles de IgE. Cuando bajan, se puede intentar reintroducción segura mediante provocación oral en hospital.
11. Mitos y falsas creencias sobre alergias alimentarias
- Mito: “Un poquito no pasa nada”. Incluso migas pueden desencadenar reacciones graves.
- Mito: Los bebés con lactancia materna exclusiva no tienen alergias. Los alérgenos pueden pasar a través de la dieta materna.
- Mito: Retrasar alérgenos previene alergias. La evidencia actual demuestra que la introducción temprana reduce el riesgo en muchos casos.
- Mito: Todo sarpullido es alergia. Hay exantemas virales, miliaria o eccema que imitan.
12. Conclusión
Detectar alergias alimentarias en bebés requiere observación atenta, reconocer patrones y trabajar codo con codo con los profesionales sanitarios. Aunque pueda parecer abrumador, la mayoría de los casos se manejan bien con dietas de exclusión, introducciones seguras y preparación ante emergencias. Muchos niños superan sus alergias y llevan una vida plena. Mantente proactiva: lleva el diario, introduce alimentos con cabeza y consulta pronto. Con información y apoyo podrás proteger a tu bebé y fomentar hábitos alimentarios saludables para toda la vida.
Protege la piel sensible de tu bebé cada día
Los bebés con alergias alimentarias suelen tener la piel extremadamente sensible y propensa a brotes de eccema. Vístelos con ropa de bambú ultrasuave e hipoalergénica: transpirable, absorbe la humedad y es lo bastante delicada para las pieles más reactivas.